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ÁREA PRECARIA

LA LECTURA Y ESCRITURA DESDE LA PERSPECTIVA CONSTRUCTIVISTA: UNA VISIÓN PRÁCTICA Y SIGNIFICATIVA EN LA ADQUISICIÓN DE ESTAS DESTREZAS.

Introducción 

El constructivismo, propone que el conocimiento es un producto de la propia construcción que el sujeto hace al interactuar con el mundo e intentar comprenderlo. En esta interacción, las diversas experimentaciones que hace un niño a través del tiempo son muestras de su esfuerzo por comprender, las cuales le permiten ir modificando sus esquemas o estructuras mentales, superando las limitaciones que le proporcionaba inicialmente su conocimiento previo.Como acción educativa, este enfoque pone toda la atención en el aprendizaje considerándolo como un proceso interno de “re - invención” de todo aquello que sea objeto o contenido a conocer, con todas las implicancias sociales y afectivas que este proceso conlleva. 

 Comenzaré exponiendo estas tres afirmaciones de los estudios de Vygotski; que considero claves para analizar el tema que nos acontece:

-  La construcción del conocimiento no es un producto del trabajo individual, sino de la interacción social.

-  Las funciones psicológicas superiores son el resultado del desarrollo social y no del biológico, y se adquieren a través de la internalización del lenguaje.

-  El lenguaje surge como un medio de comunicación entre el niño y las personas de su entorno. Más tarde se convierte en lenguaje interno que contribuye a organizar el pensamiento del niño

Punto de partida 

La alfabetización es algo que comienza mucho antes de entrar a la escuela, y continúa a lo largo de nuestra vida en tanto seamos usuarios del lenguaje escrito.Los niños, al ingresar a la escuela, ya tienen muchos conocimientos acerca del mundo en general y del lenguaje escrito en particular. Poseen unos conocimientos previos acerca de una “cultura letrada”; un lenguaje escrito que les llega desde la televisión, la publicidad, las revistas… Poseen conocimientos como: que la lectura y la escritura se “hacen” de izquierda a derecha, que se escribe en renglones o se lee siguiendo una línea horizontal, que los cuentos casi siempre comienzan y terminan con las mismas palabras, etc. Por este motivo se requiere que éstos sean considerados o reconocidos como aprendizajes válidos, y se tome siempre en cuenta lo que los niños saben. 

Pero cabe destacar aquí otro aspecto: los niños saben leer y escribir antes de ingresar a la escuela, aunque de un modo distinto al del adulto, que ya tiene más experiencia como lector. Ellos hacen uso de las estrategias mentales que le han servido hasta este punto para aprender otras cosas, como por ejemplo, aprender a hablar.Al igual que en el caso de la lectura, los niños hacen uso de lo que saben de la escritura para comunicarse, expresarse, o entretenerse, etc., valiéndose de su propia re - invención del lenguaje escrito. Por medio de este sistema recreado - que tiene sus propias reglas pero no por eso es menos exigente -, van aproximándose al sistema alfabético convencional para escribir, produciendo, experimentando y aprendiendo en un proceso que atraviesa por diversos periodos y etapas de desarrollo.  


Alumnos participativos 

Puede observarse que los niños se muestran más participativos e interesados cuando están jugando, cuando están interactuando con títeres o cuando la abuela les lee interactivamente un cuento; al elaborar una manualidad o pintar un dibujo, escribir una carta o tarjeta en el Día de la Madre, etc.¿Qué tienen en común estas actividades? 

Probablemente ocurra que estén más interesados y activos porque la motivación o curiosidad les surge desde su mundo interno, dadas las características de la actividad en sí misma. ¿Cuál es la magia?

Probablemente ocurra que la información o contenido, o la actividad mental o física, sea asimilable a sus esquemas;  es decir, tienen relación:

- con su vida: su mundo interno, sus vivencias.

- con su realidad: los hechos que le suceden a diario, especialmente lo que tiene que ver con sus emociones.

- con sus intereses: temas como fútbol, juguetes favoritos, “me gustaría que mi mamá no…”, “el recuerdo más bonito que tengo es…”, etc.

 Trabajos contextualizados 

¿Qué utilidad tiene aprender a escribir en la clase una carta que nunca se enviará?¿Vale la pena que un niño se esfuerce en deletrear, si esto no le aporta sentido alguno? 

Se debe recuperar el verdadero sentido y función social que tiene el lenguaje escrito. Los conocimientos adquiridos deben ser efectivamente utilizados cuando el niño los necesite, en las circunstancias en que se encuentre, y deben tener mucha resonancia interna para él. Y es que, además, el niño aprende el lenguaje escrito del mismo modo como aprende el lenguaje oral: como usuario del sistema (y sin pedirle permiso a nadie, como dice Emilia Ferreiro), en circunstancias de comunicación entre las personas.  

Mientras mayor sea la funcionalidad de los aprendizajes, mayor será la posibilidad de relacionarlos con otros contenidos nuevos y nuevas situaciones. Y mientras más resonancia interna tengan esos conocimientos, mayor identidad con ellos y mayor comprensión. La idea es que la actividad pedagógica proponga siempre aprendizajes funcionales e individualizados, donde el niño tenga la oportunidad de poner en práctica lo que sabe y que esto tenga un propósito en sí para él.

 La necesidad de la cooperación 

¿Por qué los niños aprenden tan rápido las reglas de un juego, o la construcción de un juguete simple, o las canciones  en cooperación con sus iguales? 

Actualmente se le está prestando cada vez más atención a las estrategias de trabajo grupal, las que además de reforzar la formación de valores como la solidaridad o la afectividad, son un factor fundamental en el desarrollo del intelecto y del pensamiento lógico. El trabajo grupal permite que los niños puedan confrontar sus diferentes ideas, modificar sus esquemas rígidos y auto - regularse entre sí y a sí mismos en su conducta. Por eso siempre se deberían propiciar interacciones entre los niños, en un trabajo grupal cooperativo, lo cual significa:

- Planificar actividades o metas en conjunto y responsabilizarse de su ejecución.

- Producir juntos algo, con el esfuerzo común de todos los miembros de un grupo.

- Evaluar y aprender del trabajo conjunto, como cuando están jugando en el recreo o fuera de la escuela. 

El aprendizaje grupal es de carácter distinto del aprendizaje individual, pues aquí es el grupo es el que intenta apropiarse del objeto de conocimiento a través de la interacción y como resultado de ello se obtienen dos tipos de aprendizaje: los que se refieren a la adquisición de un saber específico determinado y los que tienen que ver con la interacción social en el momento de trabajar en la tarea. Este proceso será entonces el resultado de una elaboración conjunta que involucrará a todo el grupo en los ámbitos cognitivo, afectivo y social.

 Una última reflexión 

Cuando hay un clima de aceptación y confianza para opinar, el niño pierde el temor a expresar lo que piensa y el temor a equivocarse, lo cual favorece que se interese en autocorregir sus supuestos “errores”. En este sentido, es importante tomar en cuenta la fragilidad del pensamiento ante la crítica, la sanción o la corrección. 

Considerar los principios antes señalados para el aprendizaje de la lengua escrita implica sustituir las actividades utilizadas tradicionalmente por otras que inviten al niño a pensar.  

Finalmente se presentan brevemente algunas líneas para trabajar la escritura de forma significativa al individuo y de forma grupal: 

- Aprovechar todo lo que sabe del mundo y del lenguaje, como punto de partida para cualquier actividad, a través de un amplio diálogo grupal o individual.

- Encontrar la tarea, que es lo que le dará sentido al hacer del grupo. Un método acorde con esta idea son los Proyectos.

- A partir de aquí se crea una situación, en la cual el lenguaje escrito podría ser útil, como un elemento más que entra en juego.

- Luego surge la necesidad de comunicar o expresar espontáneamente por escrito, y la construcción cooperativa de un texto.

- Y finalmente la evaluación crítica del trabajo realizado, y/o su corrección, y la evaluación del proceso grupal que lo llevó a cabo.

ANA

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