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ÁREA PRECARIA

¿Quien dijo que evaluar es fácil?

Como dice la metáfora, la evaluación es como encontrar el tesoro. Si fuese tan fácil evaluar no habría tantos problemas. Bueno, para muchos es fácil evaluar, el problema viene para los que pensamos que la evaluación es más que una nota que se obtiene en un examen, para los otros, pues eso, llegan al tesoro rápido.

 

Cuando hablamos de evaluación, lo que ha sido la tendencia en el mundo educativo hasta no hace mucho es pensar en el alumno única y exclusivamente. Estaba claro si no ha aprobado es porque no ha estudiado. Pero, ¿esos profesores se evalúan a sí mismos? ¡¡¡Ah!!! Que se me olvidaba, que ellos evalúan pero no se auto evalúan, ¿para qué? No vaya a ser que se den cuenta de que si cambian algo los alumnos aprendamos algo.

 

¿Y el centro educativo? ¿Y el aula? ¿Y el TODO? Que siempre nos olvidamos que la educación no son sólo profesores y alumnos. Porque digo yo, que si un alumno puede mejorar y profesor también, el proceso de enseñanza-aprendizaje, el centro escolar, el entrono, la ley educativa… también podrán hacerlo, ¿no? Lo que pasa que eso ya a lo mejor es mucho pedir, pero gracias a Dios, cada día es menos pedir.

 

También la evaluación es como el barco. No sólo hay que evaluar una vez. Estamos acostumbrados, a la evaluación final del examen. Pero, ¿qué pasa con lo anterior? Estoy cansado de oír, que los exámenes producen estrés, que los alumnos se ponen nerviosos y no dan todo lo que pueden, etc. Pues para eso alguien inventó la evaluación formativa. Es decir, todas las “tormentas” que sufrimos los pasajeros de este gran buque que es la Educación, es decir la comunidad educativa. Y no nos podemos olvidar que no se puede evaluar igualmente a un buque que sólo ha recorrido 500 millas que al que ha recorrido 1.000 millas. Y no sólo hay que tener en cuenta esa distancia, sino ver el puerto desde donde partió.

 

Lo que quiero decir, con la última idea del párrafo anterior, es que como dice la metáfora de la receta, al igual que no todos los niños son iguales, la evaluación no debe ser igual, hay que ser flexibles y saber cuando hay que poner un poquito de sal y cuando hay que poner un chorrito de vino blanco.

 

Claro, todo este proceso es complicado, pero por eso, como he dicho al principio, hay algunos que lo entendemos así, que nos gusta que sea así, y que lo queremos hacer así, y hay otros que les gusta que sea más sencillo y con eso, han concluido y como les van a pagar a fin de mes, pues… ¿qué más da?

 

En fin, como dice Mafalda, enseñémosle cosas útiles que quepan en esa cabecita, y usemos la nuestra para hacerlo con rigor, criterio y conciencia y sino lo hacemos así, hagámosles un examen.

 

Juanma

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